Cuando el copal blanco se quema, su humo produce un aroma distintivo, dulce y terroso, que se dice purifica el ambiente, aleja las energías negativas y atrae vibraciones positivas. Este humo sagrado es visto como un puente entre el mundo material y el espiritual, facilitando la comunicación con los ancestros y las deidades.

En la cosmovisión indígena, el copal blanco es considerado el aliento de los dioses, una esencia divina que conecta al ser humano con el universo. Su uso se extiende desde la limpieza de espacios y personas, hasta la preparación de altares y ofrendas en días festivos y ceremonias importantes. Los chamanes y curanderos emplean el copal blanco para limpiar el aura, equilibrar los chakras y sanar el espíritu.

La magia del copal blanco radica en su capacidad para transformar y elevar la energía, proporcionando claridad mental y paz interior. Es un aliado poderoso en la meditación, ayudando a profundizar en el autoconocimiento y la introspección. Así, el copal blanco no solo es una herramienta espiritual, sino también un símbolo de la conexión profunda y ancestral entre el ser humano y la naturaleza.